El Sevilla- Real Sociedad -penúltima cita liguera este curso en el Ramón Sánchez-Pizjuán- se presenta absolutamente vital para los intereses nervionenses. Si LaLiga es el torneo de la regularidad, el Sevilla de Sampaoli presenta unas credenciales magníficas: 32 de 35 jornadas se ha mantenido en zona Champions, concretamente entre la 2ª y 4ª plazas. Pero para asegurar ese territorio debe dar el empujón final en la trascendental cita de este viernes. Y hacerlo como en los mejores días de sevillismo. Dos claves sustentan todas las demás: el incondicional apoyo de la grada -evocando las finales de mayo- y la fiabilidad que atesora Nervión, fortín donde los haya que ha sumado este año 13 victorias, tres empates y una sola derrota; al nivel de los dos grandes de nuestra Liga. Equipo y afición deben aunar magia y esfuerzo para atar una posición que le corresponde este año por méritos propios.
32 de 35 jornadas en Champions, el mejor aval de regularidad para atar una posición con el apoyo y la magia de los días señalados
El partido es de altos vuelos y ante un rival de similares características que el sevillista. Los de Eusebio Sacristán son un equipo que gusta del buen manejo del balón, realiza una presión alta sobre el rival y reúne números parecidos a los locales. El Sevilla ha marcado 62 goles por 54 de los donostiarras y encajado 44 por 48 del rival; ambos han mostrado fragilidad defensiva. Una constante txuriurdin es que fuera de casa gana o pierde, siendo el único equipo que nunca ha empatado a domicilio. Esa diferencia en empates, más sus 19 triunfos por 20 de los sevillistas es la que marca los 7 puntos que los separa en la tabla. El balance entre ambos es favorable al Sevilla en propio feudo en las diez últimas citas: siete ganados, un empate y dos perdidos por 1-2 en 2013 y 2016; la derrota más reciente con goles de Bergara y Krychowiak en pp, y Gameiro para los sevillistas.