El Sevilla FC se ha estrenado en Liga de Campeones con un valiosísimo y luchado punto obtenido en casa de una Juventus que empujó bastante, pero que se estrelló ante un equipo muy bien plantado y fundamentalmente ante un Sergio Rico en estado de gracia. El cancerbero canterano, como en Villarreal, se marcó un verdadero partidazo y en el descuento sacó una mano salvadora abajo ante un cabezazo de Alex Sandro que se colaba a la red. Esa providencial intervención otorgaba premio a un partido serio y muy trabajado de un Sevilla que ofreció su imagen más sobria, prodigándose poco en ataque pero controlando con oficio a un rival de verdadero prestigio.
Si Sampaoli sorprendió, y por fortuna, la víspera anunciando la titularidad de Sergio Rico, más lo hizo cuando se conoció el once que saltó al Juventus Stadium. Con una defensa de cuatro, el técnico apostaba por un trivote compuesto por Nzonzi, Iborra y Kranevitter, jugando con Franco Vázquez de falso nueve, escoltado por Vitolo y Sarabia. La idea, en principio, resultaba conservadora, y lo cierto es que fue así. El Sevilla tiró por el lado más práctico, rehusando buscar el golpe a golpe ante un rival que con el encuentro acelerado, por la calidad de sus jugadores, tenía muchas más opciones de imponerse.
Sampaoli sorprendió con un once sin nueve que controló con oficio el poderío de la Juve