Al vigente campeón le toca centrarse en la ilusionante UEFA Europa League. Hay que rematar el excelente trabajo de la ida en Nervión (3-0), con goles de Llorente (2) y uno de Gameiro, dejando la portería a cero, independiente del nivel del rival. La clave es mantener el gen ganador, olvidando el tanteo obtenido, las bajas temperaturas y el césped sintético del estadio. Con respeto, hay que mostrar la superioridad con calor competitivo ante el frío noruego. Los de Emery han de resolver con solidez, repitiendo triunfo y abriendo la puerta a los triunfos a domicilio en el viejo continente, tras las tres derrotas fuera en Champions ante la Juve (2-0), City (2-1) y Gladbach (4-2). El mejor aval es salir a ganar y no dormirse después. Superando el reto de las condiciones ambientales y adaptándose al césped. Es el campeón quien lo pisa.
Primera visita a Noruega para abrir fuera el casillero de victorias
Los noruegos no van a tirar la toalla. Pero el Sevilla debe manejar el partido con serenidad, imponer su control y su mejor calidad técnica, siendo importante cubrir las dos áreas. Las condiciones climáticas serán un factor a tener en cuenta: mucho frío y césped artificial, aunque debe primar el fútbol. El Molde ha firmado en campo propio los tres resultados posibles, marcando goles. Con anterioridad a la fase de grupos ganó 2-0 al Standard y, dentro de ella, venció 3-1 al Celtic de Glasgow, empató 1-1 ante el Ajax y perdió ante Fenerbahçe por 0-2. En sus nueve últimas citas europeas en el Aker Stadion ha acumulado cuatro victorias, tres derrotas y dos empates. Los noruegos son un equipo aguerrido, que entra al choque sin contemplaciones, presiona más arriba, sale rápido y con desparpajo a la contra; como se pudo ver en Nervión. Ha sumado 13 goles y encajado 10. Un dato curioso: de los 56 equipos de la UEL es con diferencia el que más remates recibe (134); sólo siete equipos superan los cien. En suma, hay que echar el cerrojo atrás e ir a marcar gol como si fuera en ello el pase.