Ramón Sánchez-Pizjuán y Muñoz, quizás el presidente más carismático de la historia sevillista, nació en Sevilla el 21 de diciembre de 1900, y ocupó el máximo cargo en dos periodos distintos.
Al cumplir los 15 años entró a formar parte de los infantiles del Sevilla FC, jugando como guardameta. En la temporada 1917/18 pasa al segundo equipo, aunque llegó a participar muy poco.
A partir de 1918, hace una pausa en su colaboración con el Sevilla FC, cursa la carrera de Derecho, y en 1923, a la temprana edad de 23 años, el presidente Manuel Blasco Garzón lo nombra directivo con el cargo de secretario. Siguió en el mismo puesto con Juan Domínguez Osborne, Barón de Gracia Real.
Primer periodo, 16 de febrero de 1932 a 5 de diciembre de 1941
Cuando llegó a la Presidencia, demostró ser un presidente muy cualificado, carismático, recto, y con una personalidad aplastante.
Con el club en Segunda División, comienza a reforzar el equipo con la idea fija de ascender a la máxima categoría. Fichan por el Sevilla Fede, Segura, Silvosa y Torróntegui. Sin embargo, esa temporada, 1932/33, el Sevilla consigue una mala clasificación, y en la siguiente, siguen llegando refuerzos. Euskalduna, Pepe López, y Tache, entre otros se incorporan a la disciplina sevillista, y en la temporada 1933/34, el Sevilla FC se proclama campeón de Segunda División, y asciende por primera vez a Primera.
En la siguiente temporada siguen llegando refuerzos: Ayuela, Epelde, Palencia, y Viri. El Sevilla queda en quinto lugar y además se proclama campeón de la Copa Presidente de la República en 1935, ganando en la final que se disputa en Madrid al CE Sabadell.
En 1939 cosechará un nuevo triunfo de gran importancia: el Sevilla FC vence el Campeonato de España, ahora bajo la acepción de Copa del Generalísimo, tras derrotar al Racing de Ferrol. Era el segundo entorchado nacional que conseguía el club hispalense.
Sin embargo, en 1941, el régimen franquista decide nombrar a dedo a los presidentes de los clubes, y Sánchez-Pizjuán no entraba en sus planes. Javier Barroso, acoge a Sánchez-Pizjuán en el cargo de vicepresidente del organismo federativo, éste acepta, porque entiende que desde Madrid podía seguir ayudando al Sevilla FC.
Segundo periodo, 5 de mayo de 1948 a 28 de octubre de 1956
Habiendo relajado el régimen la designación a dedo de los presidentes de los clubes de fútbol, Sánchez-Pizjuán decide dar por terminada su estancia en Madrid y volver a Sevilla con el objeto de retomar la presidencia. Lo que no espera Sánchez-Pizjuán cuando vuelve a Sevilla, es que su brazo derecho, Antonio Sánchez Ramos, le dispute también la presidencia del Sevilla FC. Los principales poderes del club, aconsejan a Sánchez Ramos que se retire en su intento de optar a la presidencia y éste incluso acepta, pero enterado Sánchez-Pizjuán del deseo de Sánchez Ramos, se niega a tomar el mando de la nave sevillista, si antes no se celebran unas elecciones democráticas, para que la presidencia del Sevilla FC la ocupe el que los socios del Sevilla elijan. Celebradas estas, es elegido Sánchez-Pizjuán por mayoría absoluta.
En 1948, una vez terminado el campeonato de Liga, el Sevilla FC camina firme en la Copa con el propósito de proclamarse campeón, cosa que logra felizmente justo dos meses después de haber tomado posesión el nuevo presidente. De esta forma tres de los cuatro logros nacionales más importantes conseguidos por el Sevilla FC hasta el momento -las tres Copas de España- son conseguidas con Ramón Sánchez-Pizjuán como presidente.
Aunque la idea de la construcción de un nuevo estadio que sustituyera al vetusto campo de Nervión, ya se llevaba madurando desde hacía muchos años, fue en la década de los años 50 cuando se potenció la misma, y se hicieron los proyectos para la construcción del que en principio se pensaba denominar Grand Stadium y que al fallecer Ramón Sánchez-Pizjuán, se optó por el nombre por el actual, haciendo honor a uno de los más determinantes presidentes que ha tenido el Sevilla FC en toda su historia.
La madrugada del 28 de octubre de 1956, sorprendió la muerte a Sánchez-Pizjuán, el fin de semana que el equipo jugaba su partido correspondiente al Campeonato de liga en Las Palmas. El entierro fue multitudinario y muy sentido en la ciudad de Sevilla. Ramón de Carranza, a posteriori presidente del Sevilla FC y su sucesor, declaró: “Él quería construir para su Sevilla, un gran estadio. Sobre su cuerpo inerte, prometo que ese estadio se construirá. Ramón, vete tranquilo al cielo, que tus deseos serán cumplidos”.
Juan Domínguez Osborne, prolífico presidente, llega al Sevilla FC en un periodo muy complicado, que podríamos calificar de transición para el club. La famosa Línea del miedo, que tantas alegrías dio al equipo, comienza a entrar en declive, pues sus jugadores se hacen mayores. A ello hay que añadir el desgraciado fallecimiento de una de sus estrellas, como fue Enrique Gómez Muñoz, Spencer, uno de los abanderados de la Escuela sevillista, que marca profundamente el devenir del equipo.
Vivió de lleno el cambio del amateurismo a profesionalismo de los jugadores, y la puesta en marcha del campeonato nacional de Liga en 1928, comenzando la competición el Sevilla FC en Segunda División, debido a que no consiguió ser campeón ni finalista en el Campeonato de España anteriormente, criterio elegido por la Federación para elegir los primeros equipos que compondrían el elenco liguero de Primera División.
Sin embargo, nuevos y grandes jugadores comenzarían a incorporarse, como es el caso de Guillermo Campanal, Ventolrá, Padrón, Deva, Abad, Adelantado, Arroyo, Castro, Gual y Bracero, algunos de ellos jugadores míticos e imborrables de la memoria colectiva sevillista. Estas incorporaciones se efectuaron con el reto de conseguir poner los cimientos de un gran equipo.
En su largo periodo presidencial tuvo numerosos directivos en su staff, como Luis Ibarra, Eladio Rodríguez de la Borbolla, M. Amores, Luís Nieves, Juan Reimana, Eduardo Silvestre y Federico Maquedano, Bernardo de los Ríos, Armando Soto e Illana, José Luís Isern Rivera, Nicolás Carretero, Joaquín García de Tejada, Manuel Gayan, José Luís Buiza, Federico Flores, José Manuel Puelles de los Santos, Ramón López Romero, Eugenio Eizaguirre Pozzi, Francisco Toledo, Juan López García (Juanito Balompédico), Manuel Ríos Sarmiento, Carlos Piñar y Pickman, Antonio Calderón Hernández, Francisco Cárdenas, Antonio Alonso, Eduardo de la Mata, José Romero, Antonio Sánchez Ramos -el popular -tío del puro-, y, principalmente, Ramón Sánchez-Pizjuán, que faltó solo la temporada 1928/29, época en la que el otrora gran presidente sevillista, ocupó el cargo de presidente de la Federación Regional Sur.
Juan Domínguez tuvo que hacer frente al cambio de estadio, ya que vencía el periodo de alquiler de los terrenos de la Avenida Reina Victoria, trasladando las instalaciones a una nueva ubicación en el barrio de Nervión, en terrenos propiedad de la inmobiliaria del mismo nombre y pertenecientes al Marqués del Nervión. Sabedor Juan Domínguez de que el club no está en condiciones económicas de asumir dicha adquisición, no duda en pagar de su bolsillo el montante del valor del alquiler del terreno y la construcción del campo. Más tarde iría recuperando el dinero merced a los ingresos que obtenía el club tras la celebración de los partidos.
Falleció Juan Domínguez Osborne en 1942. Tras su muerte, su viuda doña María Manjón condonó la deuda que aún quedaba pendiente.
Manuel Blasco Garzón nació en Sevilla el 17 de enero de 1885, estudia en los Escolapios, y más tarde obtiene la licenciatura en Derecho.
Es este un presidente sevillista -perteneciente a la masonería- muy activo, político de reconocido prestigio y muy popular. Orador brillantísimo, omnipresente en la vida social y cultural sevillana durante muchos años, fue presidente del Ateneo de Sevilla entre otros cargos en el mismo.
En 1921, organiza en el Palacio de San Telmo un hospital de sangre para aliviar a los heridos en el desastre de la batalla hispano marroquí que se produce en Annual (Marruecos).
Durante su mandato en el Ateneo se propuso llevar la cultura a todos los rincones de Sevilla. Muestra de ello fue la salida a las casas de vecinos para hacer partícipes de la cultura a aquellos que ni soñaban, tal vez, con poder acercarse a ella. Blasco Garzón pretendía desde su cargo, en 1925, llevar el nivel cultural a los barrios y contribuir a la educación de los ciudadanos, ayudando a la lucha contra el analfabetismo. Un proyecto sin igual en la época.
En el terreno político fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla, ejerciendo de alcalde interino en varias ocasiones; diputado por Sevilla en Cortes con la izquierda liberal en 1923; y una vez constituida la Segunda República, se presentó a las elecciones con el Partido Republicano Liberal en 1933 y por la Unión Republicana en 1936. Alcanzó el máximo en política al ser ministro de Comunicaciones y Marina Mercante y después ocupar la cartera de Justicia.
En el aspecto que nos ocupa, el sevillista, se convierte en íntimo amigo de Fray Jerónimo de Córdoba con el que iba a ver los partidos que jugaba el Sevilla en los terrenos de la Trinidad a principios del siglo XX. Como anécdota a contar, acompañaba al famoso fraile el día que éste recibe una pedrada en la cabeza, considerándose por ello a Fray Jerónimo como víctima de la violencia futbolística en nuestro país.
Su llegada a la presidencia del Sevilla FC, no hace sino confirmar los aires de modernidad y cultura en un club que, desde su nacimiento, ha tenido el firme propósito de hacer participar a los jóvenes de la ciudad del deporte del balón.
Durante su mandato el Sevilla consigue dos Copas de Andalucía y es pionero en dos cuestiones sin precedentes en el club: contrata al primer médico que tiene la sociedad. José Manuel Puelles de los Santos, y organiza las primeras concentraciones que realiza el Sevilla, en una finca propiedad del Barón de Gracia Real, más tarde también presidente, en el sevillano pueblo de Villanueva de Rio y Minas. También consiguió que en el Estadio Reina Victoria se jugara la final de la Copa de España entre el Barcelona y el Club Arenas de Guecho. Además, acogió en su directiva a un joven llamado a escribir las mejores páginas de la historia del club: Ramón Sánchez-Pizjuán.
Una vez abandonada la presidencia sevillista siguió ligado durante años a la sociedad, y en 1927 fue nombrado presidente de la Federación Andaluza de Fútbol.
En ese mismo año se convertirá la figura de Blasco Garzón en imperecedera por su presencia en una foto muy especial: la del homenaje a Góngora en el Ateneo. El ciclo de conferencias fue organizado por nuestro presidente, y participaron ilustres como García Lorca, Rafael Alberti, Jorge Guillén y Dámaso Alonso entre otros. Fue en ese encuentro donde se acuñó el término Generación del 27, todo un hito para la cultura de nuestro país que traspasó fronteras.
Blasco Garzón fallece exiliado en Argentina, el 21 de noviembre de 1954, sin poder volver a su tierra. Recientemente se le ha concedido una calle en Sevilla a instancias del Sevilla FC.
Carlos Piñar y Pickman nació el 8 de mayo de 1886 en la ciudad de Sevilla. Accede a la presidencia del Sevilla FC a los 36 años de edad, habiendo estado ligado al club antes de acceder a la presidencia en calidad de directivo, y así mismo, tras su paso por la presidencia, volvió a ser directivo durante muchos años, teniendo una gran intervención en la compra de los terrenos del viejo Nervión.
Durante las tres temporadas que duró su mandato obtuvo tres campeonatos de Andalucía. También se reformaron las instalaciones del campo de la avenida de la Reina Victoria.
Carlos Piñar se casó con Regla Miura Hontoria, de cuyo matrimonio nacieron 8 hijos todos muy aficionados al fútbol, y por supuesto seguidores del Sevilla FC. Dos de los hijos de Carlos Piñar más tarde ocuparon puestos que les ligaban al fútbol: Joaquín Piñar y Miura, el mayor de sus hijos, fue tesorero y secretario del Sevilla FC; otro de sus hijos, José María Piñar y Miura, fue presidente de la Federación Andaluza de Fútbol desde 1956 a 1965. Por su parte, Fernando Piñar y Parias, uno de los numerosos nietos de Carlos Piñar, fue directivo del Sevilla en los años 80 con Eugenio Montes Cabeza de presidente.
Carlos Piñar y Pickman formó una directiva con los siguientes señores: Manuel de la Prada, Manuel Blasco Garzón, Carlos Alonso, Manuel Zapata, Carlos Alonso, Guillermo Taylor, Eduardo Rodríguez, Miguel Zapata, Rafael Rodríguez, Antonio García, E. Fernández Roche, José Romero, José Castilla, Pablo Sabaris, José Canales, Rafael Bernal, Manuel de la Vega, José Lafita, Rafael Trujillo, Nicolás Carretero, Antonio Badillo, Diego Otero, y Sebastian Soto.
Carlos Piñar y Pickman falleció en Sevilla el 21 de Febrero de 1972.
Jorge Graells Miró, nació en Barcelona a finales del siglo XIX, emigrando con 18 años a Sevilla para incorporarse a la empresa catalana radicada en Sevilla, Hilaturas Fabra&Coast, y más tarde a la Industria Sombrerera Española. Graells Miró presidió la entidad blanca durante un corto periodo de tiempo.
En 1915 colabora junto a Paco Alba en la creación de la Federación Regional Sur, de la que es vicepresidente en su fundación, cuando Paco Alba deja el ente federativo para dedicarse más profundamente al Sevilla FC, continuando con José Montes Sierra al mando.
Siendo un hermano suyo presidente del FC Barcelona, conseguiría nuevamente hacer campeón de Andalucía al equipo blanquirrojo, y bajo su mandato se diseñó el actual escudo sevillista, realizado por Pablo Rodríguez Blanco, empleado de la Seville Water Works. Durante sus años de presidencia fue también cuando el Sevilla realizó la famosa gira por el norte de África.
Pese a estar poco menos de un año al frente del Sevilla FC, Jorge Graells siguió ligado a la entidad sevillista durante muchos años. En 1955 con motivo de las Bodas de Oro del club, Ramón Sánchez-Pizjuán le nombra presidente de la Comisión Organizadora de dicha efeméride. La gestión de éste fue tremendamente positiva tanto en lo deportivo como en lo social. Las Bodas de Oro del Sevilla FC sirvieron como ejemplo del buen hacer para varios clubes españoles por su perfecta organización pese a contarse con numerosísimos actos. En esta fecha Jorge Graells era el socio número uno del Sevilla.
Falleció en Sevilla poco antes de cumplir los 70 años de edad de un infarto de miocardio.
Enrique Balbontín Orta nació en Sevilla en 1892. Desde muy joven tomó las riendas del negocio familiar: una fundición de hierro. Llega al sillón presidencial tras Paco Alba.
El presidente Balbontín apenas cambia algunas cosas en la dirección del club, aprovecha la magnífica gestión que había realizado su predecesor, y una vez se produce el óbito de Alba, prepara las elecciones para que se elija a un nuevo presidente.
El exitoso empresario sevillano forma una directiva con los siguientes señores: Manuel de Medina y Carvajal, Rafael Bernal, Eduardo Rodríguez, Guillermo Taylor, Carlos Ruiz, Nicolás Carretero, Carlos Piñar Pickman, Rafael Rodríguez, Antonio Roche, Pepe Canales, Manuel de la Prada y Carlos García Martínez. Como representante en la Federación Regional Sur designa a Juan Otero.
En los trece meses que Enrique Balbontín permanece en la presidencia el Sevilla, consigue una Copa de Andalucía. La final la jugaron el Sevilla y el Betis ganando el Sevilla por 4-0, tras la retirada del Recreativo de Huelva y Nacional de Sevilla, el Betis propone que la cosa no se quede en un solo partido tras perder, y el Sevilla le da la revancha aceptando jugar un nuevo partido donde vuelve a imponerse, esta vez por 1-0.
El Sevilla tiene un equipo con una enorme calidad bajo su mandato, donde destaca de gran manera la llamada Línea del miedo, aquella que formaban Escobar, Spencer, Kinké, León y Brand, cuatro sevillanos y un catalán que hacían goles en cantidad y calidad inusitadas. Enrique Balbontín ficha durante su mandato al gallego Herminio, que llegaría a formar una línea prácticamente infranqueable en la defensa sevillista.
El popular Paco Alba había nacido en Sevilla en 1890. El club sevillista vivió durante la presidencia de Francisco Javier Alba y Alarcón, una etapa de plena madurez que llevó a la entidad a su definitiva consolidación, pero no sin problemas previos, y en un momento muy delicado para la entidad sevillista.
El club mantiene en esos momentos una crisis de identidad, con dos facciones muy claramente posicionadas, la primera encabezada por José Luis Gallegos, presidente interino tras la marcha de Miró Trepat, que mantiene que el Sevilla FC debe ser un club polideportivo, en el que el fútbol debe ser un deporte más ente otros. La postura opuesta es liderada precisamente por Paco Alba, que mantiene que la pureza de la sociedad como ente futbolístico primordial es esencial para el futuro, aunque no descartaba el mantenimiento de otras disciplinas deportivas, pero con un carácter complementario.
Como en todos los enfrentamientos, llegado el desenlace, sale victoriosa la posición de Paco Alba, pero desgraciadamente no sin coste social y deportivo para la entidad, pues ésta pierde un importante capital humano, y directivos de gran valía, que habían dotado a la sociedad del estatus necesario. A modo de ejemplo, nunca más se supo de José Luis Gallegos como sevillista.
Paco Alba se da cuenta de la importancia del fútbol, y de lo que este deporte significaría años más tarde. Fue un hombre polifacético y con gran talante organizativo, lo que le condujo a liderar la creación de la Federación Regional Sur, siendo su primer presidente. Su gran labor federativa fue decisiva para la creación del Campeonato de Andalucía, y para la organización del fútbol andaluz.
Inauguró un nuevo estadio, el Campo de Sport del Sevilla FC, sito en la Avenida de la Reina Victoria, en la hoy Avenida de la Palmera, e incorporó a su directiva a Luis Ibarra y Osborne, Jorge Graells Miró, Manuel Bon Ramos, Fidel Echeverría, Carlos García Martínez y Diego Otero Sánchez, que ejercía de directivo y jugador con el nombre de Niño Vega. Completaban la directiva Nicolás Carretero, Carlos Leconte, Francisco Díaz, Adolfo Jurado, Antonio García, Máximo Hortal, Francisco Hoyas y Luis Mauduit.
Con Paco Alba se trasladó la secretaría a los altos del Centro Mercantil e Industrial en la calle Sierpes nº69, dejando de peregrinar la sede por los domicilios particulares de los directivos, como había sucedido hasta entonces.
Falleció inesperadamente en abril de 1921, cuando contaba con solo 31 años, llegando a ser uno de los presidentes más carismáticos e importantes para la entidad sevillista, y el que la hizo madurar en el panorama futbolístico nacional.
En 1928, la directiva sevillista decidió que había que construir un mausoleo a Paco Alba, junto a los jugadores Spencer y Tornero, fallecidos desgraciadamente poco antes, pero con la construcción del campo de Nervión y la multitud de gastos, cayó en el olvido. 84 años después, recuperada esa acta por el Área de Historia, este deseo fue hecho realidad, y se colocó dicho mausoleo, que hoy pueden visitar en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
José María Miró Trepat, empresario procedente de Barcelona, llegó a Sevilla para curarse de una enfermedad pulmonar. En Barcelona, donde llegó a convertirse en el segundo presidente del RCD Espanyol, regentaba un tostadero de café, que a su vez tenía una cadena de estos establecimientos por toda España, motivo por el cual, a su llegada a Sevilla, se puso al frente del Café Tupinamba.
Se incorporó al grupo de entusiastas sevillistas que encabezaba José Luis Gallegos, fue directivo con este y, más tarde, con Carlos García Martínez. Atesoró todo un torrente de experiencia en el mundo del fútbol, lo que provocó la decisión por parte de los socios sevillistas de nombrarlo presidente, pues era considerado el apropiado por sus características.
Fue prototipo regeneracionista, y bajo su mandato se nombra como vicepresidente a Manuel Zapata Castañeda, así como a los secretarios Francisco Caballero-Infantes, y Rafael Rodríguez. Como tesorero, a Carlos García Martínez, y el resto de la junta la componen, Joaquín Valenzuela, Fermín Zapata, Luis Ibarra y Osborne, Carlos Folache González, Fernando Escandón, y Juan Mackenzie.
Uno de los logros más importantes de Miró Trepat al frente del Sevilla fue realizar las gestiones para dotar al cub de un campo idóneo para la práctica del fútbol. Las gestiones con las autoridades municipales permitieron la cesión de los terrenos en donde se construiría el Campo de Sport del Sevilla FC, junto a la caseta de Feria del Centro Mercantil, delante de la antigua estación de trenes de San Bernardo. El 1 de enero de 1913 se inaugura este primer campo reglamentario del Sevilla FC, con las dimensiones establecidas, con vallas alrededor del terreno de juego, un pequeño palco, y el alquiler de sillas para los aficionados. Aún con estas precarias instalaciones en ese momento, era el mejor campo dedicado exclusivamente al fútbol de Andalucía.
Eran los tiempos de la secretaría en la calle Alberto Lista nº 1, cuando Miró captó para su directiva a Paco Alba, el popular jugador sevillista, que se preparaba para ser en el futuro cercano otro de los más importantes presidentes del club.
En el momento de su marcha se celebra una cena homenaje que causó gran expectación, por la confraternización de los momentos que allí se vivieron. Fue entonces cuando Miró pronunció una de las frases esenciales para la idiosincrasia sevillista:
“Vosotros representáis la alegría, la salud, la fuerza y la robustez; en las reuniones que celebramos no se habla de política, en el seno de nuestra sociedad de sport caben por igual el pobre y el rico, hasta nuestra afición es reflejo de nuestra Sociedad de sport, pues en nuestro campo se codean personas de todas las clases sociales, y se os debe enaltecer, porque tenéis como norma la disciplina, por ideal la victoria, la fortaleza es nuestra aspiración, y la admiración de los demás nuestro premio”.
Miró Trepat se trasladó a Madrid en 1914, y allí siguió su carrera llegando a ser presidente de la Gimnástica de Madrid y del Racing de Madrid. Posiblemente ha sido el único español que ha tenido el orgullo de ser presidente de cuatro clubes, todos ellos de primera línea.
Al marcharse ostenta la condición de presidente honorario, y le sustituye provisionalmente en el cargo José Luis Gallegos Arnosa.
Nació en Cucayo (Santander) el 21 de junio de 1886, hijo de una familia de ganaderos. Sus padres enviaron a Carlos a Sevilla al amparo de su tío Vicente García González. Estudió el bachillerato en los Escolapios. En 1900, una vez terminado el bachiller, se matriculó en la Universidad de Deusto para hacer la carrera de Derecho.
Es hasta el momento el presidente más joven en la historia del Sevilla, ya que accede al cargo con 22 años, el 11 de junio de 1908. Se inicia en el fútbol a principios de siglo, jugando precisamente en Deusto, y por motivos profesionales regresa a Sevilla en 1905. Se enamora de Sevilla y de su club de fútbol, convirtiéndose en un directivo muy importante, formando tándem con José Luís Gallegos en el puesto de tesorero, ya que Carlos García Martínez merced a su pequeño patrimonio sufragaba en muchas ocasiones los gastos que se originaban en el club con motivo de los desplazamientos, principalmente a Gibraltar y Huelva.
Fue el ejemplo claro de que, en aquella época ser directivo y jugador era lo habitual, pues figura en muchas alineaciones hasta su retirada en el año 1915. Una vez deja la presidencia en 1912 para dar paso a José María Miró Trepat, ejerce de vicepresidente y directivo, permaneciendo ligado al club hasta 1919.
En su directiva figurarían personas como Luis Ruiz de Castañeda, Cirilo Smith, José Lafita, Eugenio Ramos, Carlos Leconte y Félix Andrades. En el año 1910 se incorpora a la directiva Francisco Montoto. Para aquel entonces la secretaría se había trasladado a la calle Mariana de Pineda nº3. En 1911 la secretaría vuelve nuevamente a la calle Alhóndiga, nº 67. En 1913, ya siendo presidente José María Miró Trepat, Carlos García Martínez sufragó el coste del vallado del Campo del Mercantil.
Entre sus logros está el haber popularizado el deporte del fútbol entre las mujeres de la época, algo inimaginable en la vetusta sociedad sevillana.
Su actividad en la ciudad no se limitó al ejercicio del fútbol, ya que perteneció al Círculo Mercantil y al de Círculo de Labradores, siendo directivo en ambas instituciones. Asimismo, fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla.
Fallece en Madrid el 25 de abril de 1942, a la temprana edad de 56 años.
José Luis Gallegos Arnosa, nacido en Jerez de la Frontera, fue enviado a estudiar a Inglaterra muy joven, donde tomó contacto con el football, deporte en auge en Gran Bretaña. Fueron muchos los partidos que el joven José Luis jugó allí, pues el football era considerado asignatura obligatoria. Regresó en 1903 a Sevilla con gran conocimiento de este deporte. Su espíritu deportivo le hace organizar numerosos encuentros entre jugadores del mismo club. A finales de 1904, Gallegos abandera la institución en la que jugaban casi de manera clandestina, ya que este deporte era considerado una actividad indecorosa en la costumbrista sociedad sevillana, que incluso fue perseguido por las autoridades. De hecho, el football se jugaba en un corralón cerrado de la fábrica de vidrios de La Trinidad.
Concretamente en octubre de 1904, se decide comenzar el proceso para registrar la sociedad sevillista por tres motivos fundamentales. E l primero para darle carácter público y acabar con la clandestinidad; el segundo para cumplir con la Real Orden Circular de 1902, que obligaba a las sociedades a inscribirse en el Registro de Sociedades, (antes no era necesario); y el tercero, para posibilitar que el Sevilla Football Club pudiese participar en el futuro, en las competiciones que comenzaban a organizarse a nivel nacional. Entre octubre de 1904 y enero de 1905 se presentan los nuevos estatutos para su aprobación por parte del ya citado gobernador civil. Tras la aceptación de los estatutos y elección de la junta directiva el 23 de septiembre de 1905, son inscritos en el Registro de Asociaciones el 14 de octubre de 1905.
Le acompañaron en su gestión inicial apellidos ligados a la primera época del Sevilla y componentes de las generaciones intermedias desde 1890, personas como Manuel Jiménez de León, Juan Mejías, Samuel Hammick, Manuel Zapata Castañeda, y Charles Langdon, hijo de John Sidney Langdon, socio fundacional, médico del Sevilla Football Club, y linier en el primer partido organizado en España el 8 de marzo de 1890, entre el equipo sevillista y el Huelva Recreation Club. También se incorporaría más tarde a la directiva Carlos García Martínez. En estos momentos la secretaria se encontraba en la calle Teodosio, nº 14.
En el año 1907, se producen algunos cambios en los directivos, permaneciendo solo Manuel Zapata de los anteriores, y sumándose a los nuevos Tiburcio Alba -hermano de Paco Alba, presidente a la postre-, Adolfo Bernal, Manuel Valdés y Enrique Lacave. En 1909 la secretaría es trasladada a la calle Alhóndiga, nº67. Ese mismo año entra también como nuevo directivo José María Miró Trepat, posteriormente también presidente sevillista.
José Luis Gallegos tuvo dos mandatos más, unos meses en 1909, y en 1913, motivado por la marcha de José María Miró Trepat.