Gabriel Rojas nació en Sevilla en 1922. Constructor, hostelero y ganadero, accedió a presentar su candidatura a la presidencia del Sevilla a petición de Eugenio Montes Cabeza y de su mujer Lola Jiménez-Becerril, familiar de ex directivos. Contaba con el apoyo de buena parte del sevillismo, que veía en su figura un acicate importante para acometer todos los problemas que se le planteaban al Sevilla FC.
Se sometió a unas elecciones con un difícil contrincante, como era Rafael Carrión, pero las urnas dieron por ganador a Gabriel Rojas, que tomó posesión del cargo en junio de 1984.
Fue siempre un hombre comprometido con el Sevilla FC, cosa que demostró con muchas de sus acciones. A este presidente le deben los sevillistas gran parte del esfuerzo que significó el terminarse de cerrar el Estadio Sánchez-Pizjuan. Él fue el que completó las obras que se habían convertido en eterna y dotó de asientos todo el estadio.
En la directiva de Gabriel Rojas tuvieron cabida conocidos sevillistas como Manuel Rodríguez Sañudo, Pepín Moreno Suárez, Fernando Piñar y Mihura, Estanislao Asian, Miguel Ángel Vivas, Antonio Ojeda, Rafael Ochoa, Rafael Vaca, Manuel Gil Coronado, Augusto Lahore, Manuel Leonardo Ventura, Manolo Vizcaíno, y singularmente su sobrino carnal, el malogrado Alberto Jiménez Becerril.
En octubre de 1984 traslada la secretaría y oficinas del club al estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
Los fracasos deportivos forzaron su dimisión en octubre de 1986. Su ida coincidió con la salida del club de Manolo Cardo. A pesar de su renuncia, ejerció activamente su sevillismo en las posteriores asambleas, reiterando su disposición al club en caso necesario.
Murió en Sevilla en 2013 a los 90 años de edad.
Eugenio Montes Cabeza nació en Sevilla el 20 de agosto de 1915. Abogado de profesión, estuvo al frente de la entidad durante once años, entre 1973 y 1984, siendo considerado el mejor discípulo de Ramón Sánchez-Pizjuán.
Accedió a la presidencia tras ser avalado por las familias más influyentes del sevillismo en esa época, encontrándose entre ellos el propio presidente saliente. A finales del mes de diciembre de 1972 se abre el periodo electoral. Los rumores eran numerosos en cuanto a candidatos potenciales, pero pocos fueron los que dieron el paso al frente, entre ellos José María del Nido Borrego, que es animado a presentarse animado por un nutrido grupo de peñas. Cuando éste se entera de que Eugenio Montes Cabeza está dispuesto a tomar la presidencia del club, retira su candidatura, y apoya incondicionalmente a Eugenio Montes, que en la asamblea celebrada en el Teatro Cervantes es elegido por aclamación.
Aquella asamblea estuvo marcada por un llamamiento a la unidad del sevillismo. Las circunstancias no podían ser más adversas, el equipo flaqueaba en su juego aún en la Segunda División, y para colmo se le uniría un hecho que marcaría al sevillismo para siempre: el fallecimiento repentino de Pedro Berruezo sobre el terreno de juego de Pasarón, en Pontevedra.
La primera directiva que compone Eugenio Montes está formada por Gabriel Rojas, Luís Cuervas, Felipe Martínez, José Rubio, Modesto Artacho, José Antonio Moreno, Hermenegildo Gutiérrez, Francisco Jiménez Becerril, Carmelo Campos, Rafael Márquez Piñero, González de la Vega, Álvarez Broquetas, Francisco Ramos Herrera, Alfonso de Borbón, Luís Benavides y Enrique Rosendo. Posteriormente entrarían Antonio García Carranza, José F. Ortega Martel, Manuel Rodríguez-Sañudo Gutiérrez, Eduardo Ruiz del Portal Bermudo, José Antonio Carranza Cruz, Arturo Fernández-Palacios Clavo, Rafael Carrión Moreno, Juan Silverio de la Chica, Antonio Gil Zambrano, y Pedro Lázaro Amador.
El Sevilla FC buscaba afanosamente en la primera temporada de Montes Cabeza al frente la vuelta a la división de honor y hubo una leve reacción, pero ésta llega demasiado tarde. El cuarto puesto logrado no fue suficiente para el ascenso.
Aún tuvo que permanecer el Sevilla dos años más en Segunda hasta obtener en 1975 el ansiado ascenso. La situación económica no variaba y el Sevilla FC, apenas sin dinero, no podía hacer frente a inversiones en futbolistas de cierta entidad. En esos dos años solo llegan con cierta solvencia Biri-Biri, Rubio y Espárrago. El resto de jugadores que se incorporan a la primera plantilla procedían de la cantera.
Tras el ascenso, el 7 de septiembre de 1975 se inaugura la grada alta de Gol Sur en el partido contra Las Palmas, y el 26 de octubre del mismo año se inaugura la grada alta de Gol Norte en el partido contra el Valencia.
Son años de mediocridad clasificatoria y se produce la llegada de los argentinos Scotta y Bertoni, con los que se pretendía mejorar el nivel de la plantilla. En el banquillo se instalan Carriega y Miguel Muñoz, el Sevilla FC mejora algo en su juego, pero no consigue puestos importantes en las clasificaciones finales. La sustitución de Miguel Muñoz por Manolo Cardo resulta providencial, el coriano se hace cargo del equipo y lo catapulta dos veces consecutivas a Europa. Prácticamente eran los mismos jugadores que utilizaba Muñoz, con la sola incorporación del canterano Francisco, pero el equipo cambia radicalmente en su juego y principalmente en sus clasificaciones.
Fueron dos años importantes en la historia sevillista, pues se juega Copa de la UEFA, pero en la última temporada de Eugenio Montes en la presidencia, la 83/84, la presión de los aficionados, disconformes con el caminar del club, provoca la dimisión del presidente. Lo relevaría en sus funciones Gabriel Rojas.
Falleció el 30 de junio de 2008 a los 92 años de edad, siendo socio nº1 del Sevilla FC.
José Ramón Cisneros Palacios nació en Cádiz el 25 de junio de 1923. Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla, para posteriormente fundar el bufete que lleva su apellido y cuya sede se encontraba en calle Gravina. Ejerció la abogacía durante 52 años, obteniendo numerosos reconocimientos por su labor.
El programa de José Ramón Cisneros era sin duda ilusionante. Cisneros conocía perfectamente la desmoralización que había en el sevillismo, por ello dejó bien clara su intención de parar la sangría económica y darle la vuelta a la situación del club. Accedió a la presidencia el 17 de septiembre de 1968.
Las primeras gestiones que realizó el presidente Cisneros no pudieron ser más positivas, siendo además bien acogidas por el sevillismo: confirmó a Juan Arza en el banquillo y disminuyó la deuda al conseguir revocar en el último momento la venta de los terrenos que quedaban situados en el gol norte del Sánchez-Pizjuán, logrando venderlos al poco a una entidad financiera por el triple de su valor anterior.
En su primera temporada al mando del club logra uno de sus retos, devolver al Sevilla FC a la máxima categoría del fútbol español.
José Ramón Cisneros forma directiva con José María Cruz, José María Granado, Francisco Alonso de Caso, José Ignacio Artillo, Carlos Fernández, José Rubio, Antonio Delgado Roig, Francisco de la Vega, Manuel Rodríguez Granados, Manuel Romero, Francisco Ordoñez, Antonio García González, Eugenio Díaz Casado, José María Del Nido Borrego, Luis Cuervas, Miguel Rico, y José Antonio Moreno Suárez.
En su segundo año contrata a Max Merkel para el banquillo, y se producen las incorporaciones del paraguayo Baby Acosta y de su compatriota Toñanez. Esa temporada el Sevilla logra no solo afianzarse en Primera División, sino también una merecida tercera plaza que le daba derecho a jugar la Copa de Ciudades en Ferias.
Las estructuras del club estaban cambiando a pasos agigantados, la deuda se acortaba, pero en lo deportivo el club prácticamente no se reforzó el tercer año y comenzó a perder gas, hasta terminar en un buen séptimo puesto, pero afeado por el tercer puesto conseguido el año anterior.
Se produce la marcha de Max Merkel al Atlético de Madrid y se contrata al griego Dan Geordadis. El equipo se refuerza con la llegada de De Diego, Garzón, Juan Antonio y Ramoní II. Se lleva cabo una buena primera vuelta terminando la primera parte de la temporada en la parte alta de la tabla, pero la segunda mitad del campeonato se torna un desastre y al final no puede salvar la categoría a pesar del cambio de entrenador. Esto propiciará que la figura del presidente fuese cuestionada.
No obstante, Cisneros aguanta en la presidencia, y adquiere 150.000 metros cuadrados para construir la ciudad deportiva que lleva su nombre, firmando además un derecho de opción para adquirir otros 100.000 m2 más a un precio asequible, que posteriormente pasarían a poder del club, ya con Eugenio Montes Cabeza como presidente.
El 2 de septiembre de 1971 inaugura la sede de la secretaría del club en la calle Harinas.
Sin embargo, el caminar del Sevilla en la categoría no mejora, y la presión lleva a José Ramón Cisneros a presentar su dimisión en diciembre de 1972.
José Ramón Cisneros Palacios dejó una buena impronta como dirigente, especialmente en el tema de saneamiento del club, y en la recuperación del estatus del Sevilla FC.
Falleció en Sevilla el 6 de enero de 2002.
Manuel Zafra Poyato comenzó siendo directivo del Club al lado de su incondicional amigo Ramón Sánchez-Pizjuán. Cuando faltó éste, siguió al lado de los sucesivos presidentes, desde Francisco Graciani, pasando por Ramón de Carranza y Guillermo Moreno, hasta Juan López Sánchez.
La enfermedad de Juan López Sánchez precipitó su salida a la arena. A los directivos sevillistas le costó trabajo convencer a Zafra Poyato para que aceptase la silla presidencial, un modesto industrial con una tienda de confección en la calle Chicarreros, ante el vacío de poder que se producía. Zafra Poyato fue un hombre modesto, trabajador incansable, poco aficionado a salir en las fotos y le iba a tocar presidir al club en una delicada situación. Finalmente aceptó el reto en junio de 1966 y tomó las riendas del club con muchas deudas, muchas necesidades, y una plantilla de jugadores que generaba dudas respecto a su rendimiento.
Recién llegado, hace un manifiesto en el cual arenga al sevillismo para que se hagan socios, nombrando una comisión que inicia la que en esos momentos se llamó Operación 20.000, culminando con éxito su propósito.
Zafra recibió el legado positivo de la participación del Sevilla por primera vez en la Copa de Ciudades en Ferias, merced al octavo puesto conseguido en la temporada anterior. Fichó a Sabino Barinaga para el banquillo, y apostó por la cantera al no poder realizar grandes desembolsos en adquisiciones. A las primeras de cambio, el Dínamo de Pitesti apeó al Sevilla FC de la competición continental y fue cesado el entrenador. Juan Arza se hace cargo del equipo y lo salva del descenso in extremis.
En la siguiente temporada nuevo entrenador. Esta vez Antonio Barrios es el que ocupa el banquillo y en la jornada décimo octava debido a la desesperante situación clasificatoria es reemplazado por Juan Arza nuevamente. En esta ocasión no hay tanta suerte y tras 31 años ininterrumpidos en la máxima categoría, el Sevilla FC desciende a Segunda División por primera vez en su historia.
Manuel Zafra Poyato no logra superar la situación y cae enfermo, su familia temiendo por su vida le fuerza a presentar la dimisión.
Juan López Sánchez, conocido como el droguero por ser el propietario del más importante almacén de droguería de Sevilla situado en la Encarnación, compaginó entre 1963 y 1966 tanto la presidencia del Sevilla FC como la presidencia del Círculo Mercantil. Ateneista, su valía y notoriedad social le llevaron también a ser miembro directivo de la Cámara de Comercio de Sevilla.
Con toda seguridad vivió en la presidencia del Sevilla FC los peores momentos que había vivido la sociedad hasta ese momento, pues el club arrastraba un déficit alarmante desde la etapa anterior. La construcción del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán condenó a todos los presidentes que se sucedieron durante esta época; la losa económica no permitía a ninguno de ellos hacer grandes dispendios, puesto que todo el dinero que se recaudaba era para pagar a los jugadores y las deudas contraídas por la magna obra.
Tres años duró el mandato de Juan López Sánchez. Fue una etapa de suplicios y penurias. Al finalizar la primera temporada, López Sánchez realiza una importante operación financiera vendiendo los 22.000 metros cuadrados propiedad del Sevilla FC que se encontraban detrás de la grada de Gol Norte por una cantidad importantísima, pero insuficiente, debido a las grandes deudas que arrastraba el club. La situación extrema obliga a que se produzcan las ventas de Ruiz Sosa y Agüero, dos de los mejores jugadores.
Se tuerce el rumbo en lo deportivo al incorporarse efectivos de menor calidad que los que abandonaban la entidad, no quedando más camino que confiar en la cantera. Gallego, en edad juvenil, es subido al primer equipo, pero todo el sevillismo sabía que si el de Puerto Real cumplía las expectativas que había creado, pronto sería traspasado, tal como sucedió.
Durante el mandato de Juan López Sánchez, tres técnicos comenzaron sendas temporadas: Otto Bumbel, que consiguió un mediocre noveno lugar, Fernando Daucik que aún lo clasificó más bajo, concretamente en el lugar décimo, y finalmente Ignacio Eizaguirre, que no llega a cumplir la temporada completa teniendo que ser sustituido por Juan Arza, que al final logra parar el descenso del equipo que irremisiblemente buscaba la Segunda División.
Juan López Sánchez se rodea de amplios sectores del sevillismo y nombra como vicepresidentes a Antonio García Carranza y Fernando Robina, y como vocales a Pedro Cava, Francisco Alcalá, Fernando López, Manuel Burgos, Carlos Sundheim, Manuel Zafra, Luis Ibarra, José Huesa y al incombustible Antonio Sánchez Ramos. En su segundo año de mandato incorpora caras nuevas a su consejo directivo como José María Alcalá, Joaquín Castro y Carlos Carvajal. Antes de llegar a cumplir el tercer año, tiene que dejar la nave sevillista por recomendación médica.
López Sánchez fue un presidente que trató en todo momento de superar las adversidades y enderezar el rumbo del club, pero la losa de la construcción del Sánchez-Pizjuán era demasiada pesada y pasaría factura durante muchos años.
Guillermo Moreno Ortega se caracterizó por poseer una enorme valentía al hacerse cargo de la presidencia del club en un momento en el que no se encontraban soluciones a la deteriorada economía que atravesaba el Sevilla FC. En su mandato, de casi dos años, expuso su patrimonio hasta el punto de que muchos aficionados asegurarían que se arruinó en pos de buscar una salida a la delicada situación del club. La construcción del nuevo estadio había dejado al club en una situación económica realmente paupérrima.
Accedió a la presidencia del Sevilla FC por aclamación, ya que no había otro candidato. Su directiva la conforman los vicepresidentes: Antonio García Carranza y Juan López Sánchez, completando dicha directiva con Leonardo Loscertales, Joaquín Piñar y Miura, Marcos Mantero, Francisco Adorna, José P. Del Pobil, Eugenio Benjumea, Fernando Navarro, Francisco García Carranza, José María Conde, Gonzalo Liñán y José Huesca.
Es un periodo en el que comienzan a aparecer los denominados oficiosamente los Ángeles de la guarda, sevillistas que se conjuran para poner discretamente a disposición del club su patrimonio, y hacer posible correr con los gastos necesarios para que la entidad no desapareciese.
Bajo su mandato se toma la decisión de traspasar a Pereda y Szalay al FC Barcelona, dos de los mejores jugadores del plantel sevillista, con la intención de sanear las cuentas. Por desgracia esta transacción debilitó deportivamente al Sevilla FC.
Puso en marcha otras secciones deportivas en el club, hasta el punto que el Sevilla acogió en su seno a todos los deportistas del CADU (Club Atlético Deportivo Universitario), contando así los blanquirrojos con equipos de balonmano, atletismo, baloncesto, rugby, hockey sobre patines o tenis de mesa entre otros. El empeño que se puso en ellos los llevó a altas cotas en las diferentes disciplinas, llegando el club a contar con numerosos campeones de España en sus modalidades.
Pero lo más importante del mandato de Guillermo Moreno fue sin duda llegar a la final del Campeonato de España de 1962, aunque el Sevilla FC tuvo que conformarse con el sub-campeonato al perder en la final ante el Real Madrid por 2-1. Como logro también destacable está también la consecución del ascenso del Sevilla Atlético Club a la división de plata por primera vez en su historia.
La presidencia de Guillermo Moreno duró hasta 1963, temporada en la cual comenzaba a notarse el resultado que daba el trabajo de cantera, distinguiéndose figuras emergentes como Oliveros, Gallego o Moya entre otros.
Le sucedió en la presidencia Juan López Sánchez.
Ramón de Carranza y Gómez-Pablos, marqués de Soto Hermoso, nació en Cádiz el 21 de mayo de 1898. Se formó como teniente de navío en la Escuela Naval Militar de San Fernando, retirándose de la mar con el grado de capitán de corbeta para dedicarse a los negocios agroalimentarios. Es en ese momento cuando se instala en Sevilla, llegando a ser alcalde de la ciudad.
A Ramón de Carranza y Gómez-Pablo le tocó la tarea de ser el sucesor de un gran presidente como fue Ramón Sánchez-Pizjuán. Años antes, junto a éste y a su hermano José León de Carranza -alcalde Cádiz- creó el Trofeo Ramón de Carranza para aplacar la crisis económica que sufría el Cádiz debido a la construcción de su estadio.
Hasta el momento del fallecimiento de Ramón Sánchez-Pizjuán, el marqués de Soto Hermoso, había sido vicepresidente del Sevilla FC. Es por ello que estaba al corriente de la idea de construir un nuevo estadio y, al igual que su predecesor más inmediato –Francisco Graciani– , quiso seguir adelante con el proyecto.
Ramón de Carranza y Gómez-Pablo tuvo el honor de hacer el saque oficial el día 7 de septiembre de 1958, en el partido Sevilla FC- Real Jaén, inauguración oficial del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
El marqués formó una junta directiva con Diego Benjumea Vázquez, Manuel Zafra Poyato y Francisco García Carranza como vicepresidentes; José P. del Pobil, Turmo, Fernando Navarro Canela, Marcos Mantero, Velasco, Leonardo Loscertales, Antonio del Río, José María Conde y Gonzalo Liñan coparían el resto de cargos. La presidencia del Sevilla Atlético recaería en el vicepresidente Francisco García Carranza. Con posterioridad, se incorpora a la directiva Eduardo Osborne Vázquez.
Pero la época dorada en cuanto al rendimiento deportivo del equipo había pasado y prácticamente desaparecido. El marqués de Soto Hermoso había cumplido su palabra de construir un gran estadio, y a petición de un socio optó por que la denominación del nuevo terreno de juego fuese la de Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Pero esta edificación tuvo un desorbitado coste, y el enorme desembolso que hubo de hacerse para realizar tan magna obra repercutió enormemente en el ámbito deportivo. Los Arza, Busto, Doménech, Herrera, Ramoní... se batían en retirada debido a la edad y sus sustitutos no tenía la calidad de estos; las más jóvenes estrellas de ese momento, véase Valero, Ruiz Sosa, Pepillo o Marcelo Campanal, no podían mantener al equipo en la línea de temporadas anteriores sin la llegada de grandes refuerzos. No obstante, al comienzo de su mandato si hubo un hecho relevante, el subcampeonato logrado en la Liga 1956/57 dio al Sevilla el derecho de participar como único representante hasta el momento del Sur de España en la Copa de Europa. De las cinco temporadas que Ramón de Carranza estuvo presidiendo el club cabe destacar también el curso futbolístico 59/60, en el que el equipo quedó clasificado en el cuarto lugar de la tabla.
El dinero para renovar a tiempo el equipo faltaba y esto se dejaría notar en los resultados, por otro lado, lo poco bueno que salía se vendía con rapidez para hacer caja, lo que motivó que el marqués de Soto Hermoso no aguantara el tipo y pusiese tierra de por medio en su mandato entregando el club al vicepresidente Guillermo Moreno Ortega.
Falleció el 14 de septiembre de 1988, a los 90 años de edad.
Nació un 5 de septiembre 1899 en Aranjuez.
Doctor ingeniero de caminos, canales y puertos se trasladó a Sevilla a principios de la década de 1930 donde contrajo matrimonio el 9 de abril de 1932 y fijando su residencia en la calle XVII Villa Sol Nervión.
A partir de 1935 comenzó a ejercer su profesión de ingeniero en Sevilla.
Cuando el 5 de mayo de 1948 Sánchez-Pizjuán vuelve a ser elegido presidente del Sevilla en su segunda etapa, lleva en su equipo de gobierno a Francisco Graciani como vicepresidente tercero de la entidad.
En el año 1956 forma parte de la Junta Directiva de Ramón Sánchez-Pizjuán en calidad de vicepresidente primero, por lo que tras el fallecimiento del presidente le correspondía estatutariamente cubrir la vacante.
En la reunión que la Junta celebra el martes 30 de octubre de 1956 con el sillón presidencial desocupado como homenaje a Don Ramón abrió la sesión con unas breves palabras indicando que el objetivo de la Junta debía ser honrar su memoria llevando a cabo con unidad e inquebrantable entusiasmo la gran obra que él dejó trazada.
La Junta, de forma unánime, le otorgó la confianza levantándose la sesión en señal de duelo.
Es el presidente en el momento de la colocación de la primera piedra del futuro estadio, y se mantuvo fiel al proyecto de edificación.
De esta manera, en febrero de 1957 firma como presidente del Sevilla FC la emisión del empréstito consistente en 100.000 obligaciones hipotecarias de 500 pesetas nominales cada una para la financiación de la construcción del nuevo campo.
Tras liderar este período como presidente del Sevilla en funciones y con la elección del nuevo presidente Ramón de Carranza y Gómez-Pablo en el mes de julio de 1957, el señor Graciani Brazal continúa en la nueva Junta directiva del marqués de Soto Hermoso ejerciendo de vocal.
Falleció el 14 diciembre de 1973 en Sevilla.
Jerónimo Domínguez y Pérez de Vargas, marqués de Contadero, nació en Sevilla el 18 de junio de 1897. Llegó a ser alcalde de Sevilla, teniente de hermano mayor de la Real Maestranza de Caballería y la única persona en ostentar la presidencia de los dos clubes de fútbol sevillanos.
Fue nombrado presidente del Sevilla el 7 de septiembre de 1942. Remplazaría a Antonio Sánchez Ramos, quien a su vez había sido sucesor de Sánchez-Pizjuán cuando éste marcha a Madrid para ocupar el puesto de vicepresidente de la Federación Española de Fútbol. Es el propio Sánchez Ramos el que a instancias de Sánchez-Pizjuán propone al marqués de Contadero la presidencia del Sevilla.
Jerónimo Domínguez y Pérez de Vargas, marqués de Contadero, acepta dicha presidencia por dos importantes motivos: la petición de parte de su familia, muy identificada desde siempre con los colores del Sevilla FC, y en memoria de su hermanastro Juan Domínguez Osborne, Barón de Gracia Real, que acababa de fallecer y que había sido presidente del club desde 1928 a 1932.
El mandatario blanco, con los sabios consejos de Sánchez Pizjuan desde Madrid y Sánchez Ramos, el vicepresidente, en Sevilla, planificó una parcela deportiva con grandes aspiraciones. En primer lugar contrató a Patrick O’Connell, que había sido campeón de Liga con el Real Betis, e incorpora a jugadores de talla de Arza, Busto, Herrera y Campos. Con posterioridad consigue el regreso de Ramón Encinas -tercera etapa- con quien se conseguiría el mayor logro del Sevilla FC de la época: el campeonato de Liga. El club se consagraba definitivamente entre los mejores de España.
Desde 1947 establece la sede de la secretaría del club en la calle San Miguel nº10.
En mayo de 1948 abandonaría la presidencia en favor de Ramón Sánchez-Pizjuán, que había sido elegido democráticamente por la asamblea de socios sevillistas. Quedaban atrás los años en que el presidente era nombrado por la Delegación Nacional de Deportes.
El legado del marqués de Contadero no se ciñó sólo a la presidencia de los clubes sevillanos, fue, en general, un gran adalid del deporte en Sevilla. Donó los terrenos que llevan su nombre para el fútbol modesto, y por ello, la Federación Andaluza de Fútbol, cuando construyó las instalaciones de Ciudad Jardín, no dudó en denominar a las mismas con el nombre de Campos de Fútbol Marqués de Contadero.
Falleció en Sevilla en septiembre de 1966, a los 69 años de edad.
Antonio Sánchez Ramos nació en Sevilla en 1905y se hace socio en la temporada 18/19. Con 21 años y cumpliendo el servicio militar es llamado por Juan Domínguez Osborne para formar parte de su directiva a instancias de Sánchez-Pizjuán. Posiblemente es el directivo más joven en incorporarse al Sevilla FC. Cuando Ramón Sánchez-Pizjuán accede en 1932 a la presidencia del Sevilla FC, nombra a este prohombre del fútbol como vicepresidente.
Antonio Sánchez Ramos estudia perito agrónomo y a su vez gestiona las tierras que pertenecen a su familia, situadas detrás de la fábrica de Hytasa. Cuando se funda la primera peña sevillista en la calle General Polavieja, es elegido presidente de la peña, haciendo una labor muy fructífera para el club. Su cargo en la peña no evita que siga siendo directivo del Sevilla hasta 1948, 22 años continuados como directivo. En algunos momentos es un crítico de Sánchez-Pizjuán, sin embargo, éste nunca prescinde de los servicios de Sánchez Ramos.
Ejerció en el Sevilla de vocal, tesorero, secretario, vicepresidente, delegado e incluso de secretario técnico. En 1941 cuando Sánchez-Pizjuán es llamado a Madrid para ser nombrado vicepresidente de la Federación Española de Fútbol, Antonio Sánchez Ramos que era vicepresidente, es nombrado presidente en funciones, manteniéndose en este puesto diez meses, por cuyo motivo podemos considerar -y aquí lo hacemos- como presidente efectivo, ya que fue una larga estancia que no debe pasar ignorada en la historia del Sevilla FC.
En la temporada 41/42, que es cuando Sánchez Ramos ejerce de presidente en el Sevilla, ficha a varios jugadores de gran valía: Alconero, Asencio, Eguiluz, Mateo, Retamar, y Soler.
A los diez meses de su presidencia es el propio Sánchez Ramos el que propone al marqués de Contadero la presidencia del club, el aristócrata acepta el cargo y él pasa a ser vicepresidente.
Fue conocido popularmente como El tío de puro por los enormes habanos que fumaba.
Antonio Sánchez Ramos fue directivo del Sevilla FC entre 1926 y 1948, y en dos ocasiones más, de 1957 a 1959, y de 1962 a 1966. A partir de entonces y hasta su fallecimiento, fue presidente delegado del Sevilla Atlético.