Tras un meteórico comienzo de carrera como entrenador, José Antonio Camacho llegaría al Sevilla en verano de 1996, de la mano del presidente José María González de Caldas. Su ilusionante fichaje, al igual que el de una serie de jugadores para remozar la plantilla, no dieron, sin embargo, el fruto deseado. De este modo, con el equipo ocupando el decimonoveno puesto en Liga y eliminado de la Copa del Rey, el técnico de Cieza abandonaría el cargo en febrero de 1997, tras caer frente a la Real Sociedad por un resultado de 2-3, en un encuentro en el que el conjunto sevillista ganaba 2-0 a falta de tan sólo seis minutos.

Tras el cese de Toni Oliveira, el presidente Francisco Escobar nombró al ex jugador sevillista como nuevo entrenador del primer plantel. Durante su permanencia al frente del equipo, el Sevilla lograría eliminar al Olympiakos griego en la segunda ronda de la Copa de la UEFA, cayendo posteriormente frente al FC Barcelona. En el campeonato liguero, tras unos comienzos dubitativos y una posterior reacción del equipo, una serie de malos resultados provocarían su destitución a comienzos de 1996.

Juan Carlos Álvarez volvería a dirigir al Sevilla hasta en dos ocasiones más a lo largo del último lustro del siglo XX. Durante la temporada 1997/98, en un último intento por asaltar el ansiado ascenso a Primera División, Álvarez sustituiría a Vicente Miera, quien a su vez ya había sustituido a Julián Rubio. Sin embargo, el Sevilla FC finalizaría el campeonato en séptimo lugar, lejos de los puestos que daban derecho al gran objetivo de ascender de categoría. Apenas un par de años después, durante la temporada 1999/00, ya con el Sevilla en Primera División, Juan Carlos Álvarez volvería a ser requerido por la directiva del club nervionense para colocarse al frente del primer equipo, que se encontraba ocupando el farolillo rojo en la tabla clasificatoria. Durante esta tercera y última etapa como entrenador de la primera plantilla, a pesar de los esfuerzos en la labor del asturiano, el Sevilla se mantendría como último clasificado hasta el final de temporada, certificando así su descenso a Segunda División.

Tras una exitosa carrera en su país, el técnico portugués llegó al Sevilla FC en el verano de 1995 de la mano del entonces presidente Luis Cuervas. Con un equipo lastrado deportivamente por los acontecimientos vividos a raíz del descenso administrativo a Segunda División B, los malos resultados durante las primeras jornadas del campeonato liguero forzaron su cese en octubre de ese mismo año, a pesar de haber superado la primera eliminatoria de la Copa de la UEFA frente al Botev Plovdiv.

Con la intención de mejorar los resultados anteriores, el club convino en contratar a un entrenador con dilatada experiencia, considerando a Luis Aragonés como el más propicio para ocupar el cargo. El Sabio de Hortaleza dirigió al equipo en las temporadas 1993/94 y 1994/95. El primer año obtuvo una meritoria sexta posición, mientras que en su segunda temporada consiguió la quinta plaza que, sumada al gol del deportivista Alfredo, dio acceso a poder jugar Copa de la UEFA.

De cara a la temporada 1992/93 el club hace un importante esfuerzo y trae al entrenador argentino, que había ganado el campeonato del mundo en 1986 y había conseguido el subcampeonato en Italia 90. Se ficha a Simeone y se lucha por traer al mejor jugador del mundo, Diego Maradona, reto que también se consigue. A pesar de la buena plantilla el equipo se clasificó en séptima posición. Volvió al club en la campaña 1996/97 para sustituir a Camacho, pero renunció pasados dos meses al ver que no era capaz de enderezar la caída del equipo.

Etapas como entrenador: 1992/1993; 1996/1997

Ex jugador del Sevilla FC en la década de los setenta, el uruguayo entrenó en la 1991/92 y posteriormente en la 1995/96. El comienzo de su primera temporada fue bueno, pero conforme pasaron las jornadas el equipo se desplomó hasta la decimosegunda plaza en la que terminó el campeonato. Lo más positivo de la campaña fue el debut de Davor Suker en la jornada 10. En enero de 1996 fue llamado para sustituir a Juan Carlos Álvarez, quien a su vez estaba reemplazando a Toni Oliveira.

Etapas como entrenador: 1991/1992; 1995/1996

El entrenador chileno fichó por el Sevilla FC procedente del Valladolid, donde había hecho una gran temporada y se había ganado la fama de ser un técnico recto y estricto. Entrenó al equipo las campañas 89/90 y 90/91. Su primera temporada fue irregular, a pesar de lo cual la junta directiva confió en él y lo renovó por dos años más. A partir de la renovación el equipo evidencia una mejora y culmina una buena temporada, finalizando sexto en Liga y destacando el record cosechado por Polster al hacer 33 goles. En el siguiente ejercicio el equipo terminó en una honrosa octava plaza, pero el chileno renunció a la temporada que le quedaba de contrato por disparidad de pareceres con algunos directivos.

Entrenador de la casa, estuvo como jugador en infantiles, juveniles y Sevilla Atlético. El club le dio la oportunidad esperando que pasase lo que había ocurrido con otros técnicos interinos, pero tras seis partidos, y al no haber conseguido los resultados deseados, fue sustituido por el técnico argentino Roque Olsen, que en aquellos años vivía en Sevilla.

El técnico vasco procedente del Real Valladolid fue el encargado de sustituir a Jock Wallace. Al igual que su antecesor en el cargo no logró posicionar más alto al equipo en su primera temporada, quizá debido a la tardanza en la llegada de refuerzos. En la temporada siguiente empezó con buenos resultados, sin embargo con la llegada de Dassaev, el equipo fue a menos, teniendo que sustituirle Pepe Ortega.

Miembro del Salón de la Fama del Fútbol Escocés desde 2016, Jock Wallace fue entrenador del Sevilla FC en la temporada 1986/87, en la que consiguió clasificar al equipo en la novena posición. Fue destituido en la pretemporada de la siguiente temporada. Su legado fue una fuerte apuesta por la cantera, contando habitualmente con jugadores como Choya, Ramón y Rafa Paz.